Todas las facciones enfrentadas en la guerra civil llevaron a cabo ataques de artillería, dirigidos deliberadamente contra zonas residenciales, en los que millares de civiles murieron y varios miles más resultaron heridos. Miembros de los principales grupos armados mataron deliberada y arbitrariamente a cientos de hombres, mujeres y niños en el curso de asaltos a viviendas de civiles. Según los informes, los actos de tortura, incluida la violación de mujeres y niños, fueron generalizados. Se encarceló ilegalmente a personas en centros de detención privados a causa de sus opiniones políticas, su religión o su origen étnico, o bien porque habían sido tomadas como rehenes. Las facciones enfrentadas detuvieron o encarcelaron a periodistas que informaban sobre el conflicto. Cientos de personas «desaparecieron». Los jefes militares actuaron como jueces islámicos e impusieron ejecuciones, entre otros castigos.